EL FIN DE CUENTOS DE HADAS

¿Por qué una persona es más tímida que otra o por qué una es más extrovertido y el otro no lo es tanto? Si eres de los hijos primogénitos y dices: ¡Soy el mayor! o ¡Es divertido ser la autoridad entre mis hermanos! Déjame decirte que no es tan bello como parece. Si lo vemos desde una perspectiva psicológica debemos darnos cuenta de que ser el hijito primogénito no es, muchas veces, un cuento de hadas. Nuestros padres por lo general están felices cuando reciben la noticia de nuestro futuro nacimiento, y es que, ser padres por primera vez no es de todos los días, es una dicha inigualable y que mejor demostrarlo con los cuidados más delicados. Al momento en que nacemos recibimos atención y amor desmesurado pero luego al poco tiempo ¡Pesadilla! Se acabó el cuento de hadas, ya no somos más los niños de papi, y nos viene la noticia de ¡La llegada de un hermanito! Y gritamos ¡Noooo…! Y es que dejamos de ser el foco de la atención y ya no recibimos las atenciones de antes, en pocas palabras nos destronaron. A menudo se debe esperar que satisfagan las necesidades de nuestro hermanito menor para que luego, si sobre espacio se nos atienda. A causa de ese cambio radical, el cambio de Rey a esclavo es terrible, y lógicamente trae consecuencias. El primogénito puede tornarse obstinados, mal portados y destructivos ya no tienes ganas de comer y ni mucho menos obedecer a tus padres como un símbolo de rebeldía, a lo Rambo. Son nostálgicos y pesimistas respecto al futuro. Nuestros padres esperan mucho más del primogénito y hacen que este adquiera un carácter perfeccionista, ordenado y con una actitud conservadora. Es decir el cuento de hadas que soñamos duraría para siempre se perdió con el triste “fin” de la llegada de un hermano.

*Adler realiza un estudio en donde se analiza a la persona según el orden de nacimiento, estas fueron sus teorias:

Orden De Nacimiento

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